CRÓNICA DE UN VIAJE A TANZANIA

 

Actividades pasadas

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Miércoles 16 de Agosto de 2006.

Por fin comenzaba el viaje que tanto hemos esperado, el domingo se pasó con mucha rapidez y nervios y gigantes petates serían compañeros eternos durante todo el viaje. A la hora prevista, es decir a las 24:40 nos recogieron los compañeros de Pradoluengo. Las caras sonrientes de nuestros compañeros presagiaban lo que iban a ser los quince días que conviviríamos.
En breve abandonamos la ciudad con destino al aeropuerto de Barajas y allí embarcaríamos sin problemas rumbo a Amsterdam. Una vez en el avión, las vistas del Madrid “nocturno” son grandiosas pero nuestro camino seguía por los cielos europeos

1A Amsterdam llegamos sobre las 8 y media del día 16 y después de una espera aproximada de dos horas embarcamos de nuevo con destino al Aeropuerto Internacional de Kilimanjaro. El vuelo se hace aburrido sobre todo por la forma que tenían las azafatas de entretenernos que era comiendo y comiendo. Después de llevar unas doce horas de avión aterrizábamos alrededor de las ocho de la tarde, hora local, y allí empezaban los nervios. Primero la larga cola para obtener el visado y después una desagradable sorpresa nos deparaba: la maleta de Toni no aparecía. Después de mirar y remirar no tuvimos otra opción que poner la reclamación pertinente y esperar a que llegase la suerte.

2La primera novatada que nos dieron los nativos fue su buena “voluntad” de ayudarnos con el equipaje, por supuesto que gratis no era. Todavía nos quedaba una hora aproximadamente de autobús por unas carreteras llenas de baches hasta el hotel que estaba en Moshi. El guía de la agencia de viajes para hacer el camino más distraído nos enseña las primeras palabras en swahili “jambo” que significa “hola” y “sawasawa” que significa “vale” ¡PERDONAZ! si despisto en vez de enseñar.
La llegada al hotel nos causó buena impresión pero cuando llegamos a las habitaciones era otra historia, a parte del calor pegajoso las instalaciones no eran las que esperábamos pero lo cierto es que una cama nos era suficiente.
Después de un ¡pequeño! sándwich y de una cerveza nos fuimos todos a las habitaciones a preparar el equipaje para el día siguiente.

Jueves 17 de Agosto de 2006.

12Sobre las 8 de la mañana, hora local, porque adelantamos una hora los relojes para no ir descompasados, el desayuno nos sorprendió gratamente y nos sirvió para reponer las pilas de las jornadas que vendrían en los días siguientes.
El día empezaba poniendo por testigo al Kilimanjaro y así fue, todos nos quedamos maravillados en su primera aparición después de los agobios que habíamos pasado por la tardanza y el retraso en la llegada al parque.

1Alrededor de las dos de la tarde empezamos la ascensión al primer refugio del parque del Meru llamado Refugio de Miriakamba. Desde la entrada al parque todo ha sido un regalo para la vista, la vegetación hace su presentación de forma exuberante pero pronto la superarían las primeras manadas de cebras, de facoceros, e incluso las jirafas nos dieron la bienvenida.
Con unas cuatro horas de esfuerzo llegaríamos al primer refugio y ahí es donde aprendimos una palabra que nos ha acompañado durante todo el viaje “POLE POLE”.
La llegada al refugio nos sorprende por la gran actividad que hay, porteadores que llegan con los equipajes, etc. Un breve paseo por los alrededores del refugio nos dejan impresionados de la grandeza de los árboles llenos de líquenes teniendo como testigo al fondo el Monte Meru.

Viernes 18 de Agosto de 2006.

1El día comienza con una grata sorpresa, algo tan simple como una taza de té que nos traen los porteadores a la habitación del refugio y que entona los cuerpos fríos.
Después del desayuno empezamos el ascenso al refugiode Sadlle que está situado a 3.500 metros de altitud. Han sido 4 horas de ascensión por la selva en las que el “ranger” nos ha enseñado todo tipo de rastros de animales salvajes. El Kilimanjaro ha hecho su aparición cuando la vegetación ha cesado por los efectos de la altura.
Las atenciones de los guías son muy generosas. Por la tarde haríamos una pequeña ascensión al Little Meru, allí Pedro nombraría Caballeros de los 3.000 a Milagros y a Laura.

Sábado 19 de Agosto de 2006.

1La noche para algunos había sido larga y en torno a las 2 de la mañana nos levantábamos para hacer cumbre en el Monte Meru, también llamado Monte Socialista ó la Montaña de Dios, con una altura de 4.560 metros. Tras el esfuerzo de la subida mitigado por el ambiente dicharachero y las grandiosas vistas, alcanzábamos la cumbre alrededor de las 7 de la mañana. Las vistas eran espectaculares y los efectos ópticos grandiosos ya que el Kilimanjaro proyectaba una sombra sobre el otro lado del Meru

 

1En la cumbre Pedro hizo otro nombramiento de “Caballeros de los CuatroMiles” y dicha medalla fue celebrada con una taza de té que nos ofrecieron los porteadores.
Por la tarde después de una pequeña comida continuamos el descenso hacia el refugio de Mirakamba donde nos encontraríamos con Manolo, Marijuan, Montse y Angelines, compañeros que habíamos dejado unos días atrás y después de reponer fuerzas continuamos el descenso.
Durante todo el descenso, el Kilimanjaro hizo su presencia pero al final del trayecto una manada de jirafas “bordaron” el espectáculo. A la salida del parque un picnic nos haría reponer fuerzas mientras Pedro se encargaba de entregar a los porteadores y al “ranger” las “propinas” acordadas. De regreso pasaríamos por Arusha donde abandonaríamos a parte de los compañeros que proseguirían el viaje visitando safaris.

Domingo 20 de Agosto de 2006.

1El día empieza temprano pero el esfuerzo de madrugar no está compensado con la rapidez deseada en llegar a los destinos. Hoy partíamos hacía la puerta Marangu del parque del Kilimanjaro, punto de salida para ascender al Kilimanjaro.
La excesiva burocracia y la lentitud en los transportes hace que empleemos toda la mañana en entrar al Parque. Casi hasta la una y media del mediodía no empezaríamos a iniciar el ascenso hacía el Refugio Mandara.
La bienvenida nos la darían pronto unos niños vendiendo camisetas y etc. El desnivel hasta el refugio Mandara sería aproximadamente de 1.000 metros y la duración de la ascensión de unas 3 horas. La altitud que alcanzamos hoy es de 2.720 metros.

 

1El paseo es fabuloso, la vegetación, auténtica selva con árboles inmensos llenos de líquenes de los que colgaban lianas que han servido para hacer bromas a Ana Oña sobre su imitación de Tarzán.
La llegada al refugio de Mandara está acompañada por un pequeño paseo hasta un cráter llamado “Cráter MAUNDI”. El guía nos indica donde está aproximadamente la frontera con Kenia, muy próxima de donde se ubica “El Kilimanjaro”.
Allí los ratones hicieron las delicias con la sábana de Marivi, y es que los animales del campo no son tontos y claro, es mejor dormir con sábana.

Lunes 21 de Agosto de 2006.

1Alrededor de las nueve de la mañana salíamos del Refugio Mandara situado a 2.720 m. después de que a las 6:30 de la mañana los guías nos obsequiasen con un té y un estupendo desayuno que sirvió para hacer bromas sobre la noche anterior y el funcionamiento de las “MOTOSIERRAS”, jajajaja.
Comenzamos la ascensión, pasando cerca del Cráter Maundi, a un paso lento, “pole pole”. A medida que ascendemos los árboles y la vegetación típica de la selva deja paso a laderas llenas de brezos enormes, pasando posteriormente a matorral bajo.
El Kilimanjaro nos acompaña durante todo el trayecto y pronto dejaríamos a nuestros pies, como sí se tratase de una alfombra, un espeso y extenso “mar de nubes”.

 

1Al Refugio de Horombo situado a 3.720 llegaríamos aproximadamente a las dos y media de la tarde. Una vez nos instalamos en las Cabañas nos dirigimos al comedor y ahí empezaron quizás nuestros nervios sobre la última etapa de la cumbre del Kilimanjaro.
En el comedor hablamos con el grupo de Canarias que ya conocíamos, por lo menos de vista, ya que coincidimos en el avión de llegada al aeropuerto de Moshi.
Lo mejor del día llegaría después de la cena cuando todo el grupo nos reunimos en una de las cabañas y “Barni” comienza a contarnos sus travesuras de juventud.

Martes 22 de Agosto de 2006.

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El día comienza, como va siendo habitual con un té que ayuda a entonar el cuerpo descansado, y con nuevas bromas, hoy Toni y Antonio imitan un rescate subiendo a Ana Oña en un carrito de los que utilizan los porteadores para rescatar y bajar a los montañeros malheridos.
Después de un desayuno copioso, damos un paseo hasta el paraje llamado “Cebra Rock” por la similitud con la piel de una cebra. En este paseo el Pico Mawensi nos acompaña majestuoso.

 

La vuelta al refugio se ve amenizada por una gran experiencia culinaria para Marivi, nos iba a preparar al grupo, una paella. Mariví te felicitamos por tu valentía. Después de la degustación de la receta continuamos nuestra pequeña reunión, hoy le tocaría el turno a Antonio contar sus andanzas. ¿Que no te gustan las jotas?

Miércoles 23 de Agosto de 2006.

1Tras el desayuno con nuestras habituales raciones de leche en polvo “NIDO” en la que percibimos una cierta escasez para disgusto de Antonio, pero todavía lejos de pasar hambre empezamos nuestra ascensión al último refugio, antes de hacer cumbre en el Kilimanjaro, situado a 4.700 metros de altitud y que reza bajo el nombre de “KIBO”, en el recorrido emplearíamos unas tres horas en recorrer los siete kilómetros que le distancian del refugio de Horombo.
El aspecto del refugio es frío y hasta cierto punto desolador, sin vegetación, y de los baños no decimos nada.

1El Kilimanjaro hace sombra al campamento y le da un aspecto peculiar. El largo camino recorrido se extiende en nuestro frente bajando por la larga ladera desolada de vegetación y de fauna dejando en la misma restos de los ríos de lava. El final de la ladera se corta con la presencia del Mawensi. Es un pico majestuoso que en la actualidad está cortado su acceso debido a los múltiples accidentes que se producen.
Una vez que nos instalamos en el barracón empezamos con los preparativos para la ascensión al Kilimanjaro. Los nervios se palpan en el ambiente.

1En el ambiente distendido los nervios se apaciguan y desaparecen con los consejos que nos dá Pedro.
Sobre las 6 de la tarde después de una pequeña charla con los guías nos disponemos a meternos en las literas, la noche sería corta ya que a las 11 y media nos despertarán los guías para empezar la ascensión.
La noche se hizo larga, pero también estuvo acompañada de momentos de risotadas como la que tuvieron Toni, Antonio y Mariví con la cacharrería que tiró uno de los porteadores.

Jueves 24 de Agosto de 2006.

1Eran las 12 de la noche, cuando exactamente empezábamos la ascensión al Kilimanjaro hazaña que nos duraría hasta las 6 de la mañana hora en la que hacíamos cumbre. A pesar de que fuimos los últimos en salir del campamento, nuestro paso constante hace que empecemos a pasar a los grupos que habían salido unos minutos antes.
“Pole Pole” fue una constante en toda la subida al Kilimanjaro. El cielo estaba precioso y estuvimos acompañados en todo momento por las múltiples estrellas pero sin que la luna hiciera amagos de aparición.
La cima parecía que no llegaba nunca y a esto se añadía el frío y un cierto malestar físico debido a los efectos de la altura sobre todo cuando pasamos los 5.600 metros de altitud. Alrededor de las 6 de la mañana y después de caminar aproximadamente una hora más, alcanzamos la cima. La alegría nos invadió a pesar de que las condiciones climatológicas.

 

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Después de las felicitaciones a todos los compañeros, llegaron las fotos y el nombramiento por parte de Pedro de “Caballeros de los cinco mil”.
Los efectos del amanecer sobre la cumbre del Kilimanjaro son grandiosos todo acompañado de la grandiosidad del glaciar sobre la cumbre.
Lo que tanto esfuerzo habíamos empleado en subir en un momento lo descendimos a través de la pedrera hasta llegar al Refugio Kibo, la vista hacía atrás de la pala que habíamos subido unas horas atrás causan un gran respeto.
1El descenso continuaba y alrededor de las nueve de la mañana regresábamos al Refugio de Kibo y empezábamos los preparativos para el descenso al refugio de Horombo.
El camino estuvo amenizado por los comentarios sobre la forma en la que íbamos a celebrar nuestra hazaña, unos hablaban de organizar una corrida de toros, otros de un baile tipo “Paquito Chocolatero” y otros “el pasacalles de Pradoluengo”. Por cierto que la celebración iba a estar acompañada de nuestras amigas las madrileñas, dos chicas muy guapillas con las que coincidimos varios días en los refugios.
Era el día de los reencuentros, allí volvimos a ver a Juan, un compañero catalán que nos acompañó en el Monte Meru y entre bromas despedimos el día más importante de todo el viaje.

 

Viernes 25 de Agosto de 2006.

1Después del largo descanso nos levantamos sobre las 7 y cuarto, comenzando el día como días atrás, un pequeño lavado y el desayuno con la leche en polvo “Nido” que hacía las delicias de Antonio.
Sobre las 9 menos cuarto empezamos el descenso al refugio Mandara, el ambiente de alegría que tenemos hace que cantemos la melodía del “Paquito Chocolatero” al unísono.
Los porteadores comienzan también su trabajo bajando un gran número de ellos, ya que esa noche coincidimos en el refugio de Horombo una gran cantidad de montañeros que procedían de varias rutas keniatas.

1A continuación bajamos hacía el refugio de Mandara, por el camino perfectamente acondicionado, bordillos de madera y etc. En la mitad, vimos la cría de un camaleón, el guía con mucho cuidado saca a la cría de lo que probablemente sería una muerte segura y la pone en un arbusto.
El descenso nos permite atravesar el mar de nubes que hemos estado viendo días atrás. El camino lleno de minerales, restos probablemente de sus orígenes volcánicos hace que el camino brille como una estela.
Tardaríamos dos horas y media en llegar al refugio de Mandara, y nuestro aspecto es “cómico”, con la cara negra por el polvo que teníamos todos.

1Después de la comida continuamos el descenso hasta la salida del parque y un poquito antes de la llegada, Julia y Lucki no enseñaron el paso de los danzantes de Pradoluengo, ni que decir tiene que la salida del parque fue triunfal. Los porteadores que estaban a la salida nos miraban extrañados como sí se tratase de algún efecto del mal de altura.
El final del descenso se completó con las fotos que posteriormente saldrían publicadas en el diario de Burgos y con la firma en el libro registro.
El regreso al hotel en Moshi tuvo su emoción cuando paramos a ver los ejemplares de baobabs, por iniciativa de Marivi. Los arboles nos dejaron impresionados por su majestuosidad.
El día se terminó con unas copas después de la cena, en las que no podían faltar el pacharán y los cubatas, y de nuevo Barni comenzó a comentar las vicisitudes de la señora Valentina de Pradoluengo y el misterioso zorro que habita en los aledaños del Pico Mulhacén y otras singulares historias de Pocholo.

Sábado 26 de Agosto de 2006.

1Comenzábamos la tercera etapa del viaje que era la visita a los parques del Lago Manyara y el Parque del Gorongoro. Antes de partir hicimos una pequeña escapada por los alrededores del hotel y la impresión general es que parecía otro mundo. El camino polvoriento daba al exterior del hotel un aspecto desolador. Cerca del Hotel visitamos las tiendas de dos artesanos con los que enseguida entablamos una relativa amistad.
Hoy nos encontraríamos en Arusha con el resto de los compañeros que habían hecho los safaris.
La entrada al parque se vio acompañada por el atardecer en la que había una gran actividad. Dos elefantes, probablemente madre y cría, unas jirafas, un leopardo, una familia de monos fue lo que ese día pudimos disfrutar entre otros animales. Después de la salida del parque nos dirigimos hacia el camping donde cenaríamos y pasaríamos la noche en tiendas de campaña todo ello acompañado de una estupenda temperatura.

 

Domingo 27 de Agosto de 2006.

1Al igual que los días anteriores desayunábamos a las 8 de la mañana pero hoy tenemos invitados especiales, un enjambre de abejas, nos acompañan durante todo el desayuno haciéndonos el momento insoportable.
El desayuno también fue momento para comentar algunos problemas intestinales que tiene algún miembro del grupo. Una vez terminado el desayuno nos dirigimos al Parque del Gorongoro, se trata de un cráter de aproximadamente 21 Kilómetros de diámetro, cuyo centro está ocupado por una extensa llanura.
El borde del cráter es una extensa cordillera que le da un aspecto precioso ya que suele estar acompañada por un verdor mezclado con el blanco de las nubes.
Hasta las 11 de la mañana no llegaríamos al parque, pero de camino nos detuvimos en un mirador cerca del Lago Manyara y pudimos contemplar la majestuosidad del mismo y los tonos que dejaban los grupos de flamencos.

1Después de la obtención de los oportunos permisos, la entrada del parque la custodian un grupo de masáis con un gran rebaño de ganado.
Los primeros ocupantes que divisamos en el parque fueron dos águilas posadas en un árbol. Pronto emprenderían su vuelo y nos acompañarían durante el descenso.
Al poco tiempo encontramos un hermoso ejemplar de búfalo ignorándonos completamente y a lo lejos las jirafas captaron nuestra atención.
Un nuevo búfalo salía de un riachuelo y al poco tiempo un grupo de tres leones descansaban en un pequeño arroyo. Los rebaños de ñus son numerosos así como los de cebras conviviendo con las gacelas y en el extremo de la charca encontramos unos hipopótamos y una manada de leones descansando en una losa.

1El rinoceronte ocupó nuestra atención durante un largo periodo de tiempo y alrededor de la una del mediodía nos dirigimos a una charca a tomar nuestro almuerzo, donde los milanos hacían acrobacias en el cielo, por cierto alguno con cierto descaro se atrevía a robar la comida a los turistas.
Después de ver a los elefantes no dispusimos para salir del parque con unas buenas dosis de polvo en la cara y en la ropa.
De camino de vuelta paramos en una tienda de regalos y el agobio que provocaron los vendedores quitaron a algunos las ganas de comprar ningún regalo.
El final del día le despedimos con un concierto que se ofreció en el bar del camping en que el que unos nativos nos enseñaron sus danzas y sus músicas y en las que Toni nos demostró sus estupendas cualidades como bailarín.

Lunes 28 de Agosto de 2006.

1El día comenzaba con una visita a un poblado cercano al camping donde habíamos pasado la noche. La visita fue ilustrativa del tipo de vida y de la economía del país dedicada principalmente a la agricultura y a la ganadería. Grandes extensiones de arroz, acompañados de cultivos de bananas, papayas, y campos de maíz, eran los cultivos que predominaban.
La visita a un taller de carpintería fue aprovechada para hacer las compras y encargar unos dedales con un diseño algo distinto a lo que estamos acostumbrados, “dedales con uñas”.
Vistamos una destilería de cerveza de banana donde tomamos una cerveza y especialmente entrañable fue la visita a una escuela pública para niños de 3 y 6 años. La labor del maestro poniendo orden en aquellos niños fue preciosa, con sus pizarras en las que se veían los números en ingles y en swahili y los niños coreaban con una facilidad asombrosa. Los mapas de Europa, Asia y América adornaban aquellas paredes sucias.

 

1La visita se continuó por el mercado de frutas donde degustaríamos caña de azúcar y la mañana la concluiríamos con la visita al poblado masai.
La visita al poblado fue especialmente dura, niñas de aproximadamente doce años con niños a las espaldas con moscas y sucios. Las mujeres masais aprovecharon el tiempo para vender sus abalorios, pulseras, collares, etc.. Visitamos también una vivienda masai, y la distribución consistía en tres habitaciones, en una de ellas dormía la mujer y las hijas hembras, en otra dormía el hombre y los hijos varones y otra hacía las funciones de cocina comedor. Entre la pared exterior de la vivienda y las habitaciones había una especie de corredor para los animales pequeños ó enfermos. La economía de los masais se basaba en la ganadería exclusivamente.
Después de la comida regresaríamos a la ciudad de Moshi.

Martes 29 de Agosto de 2006.

1La noche anterior no fue del todo agradable, a las 5 de la mañana los gallos empezaban a cantar sincronizados con la llamada de la Mezquita que estaba próxima. El día le pasaríamos de compras por la ciudad de Moshi. A las 10 de la mañana salíamos todos por la puerta del hotel y tras nuestro los chiquillos nos seguían como sí de una procesión se tratara. Alrededor de veinte minutos separarían la puerta del hotel hasta Moshi, camino que recorrimos a través de la vía del ferrocarril.
Moshi es una ciudad principalmente comercial, con pequeñas tiendas, enrejadas tanto en el exterior y algunas también el interior para evitar robos y sus calles siempre estaban abarrotadas de gente, con muchos mercados de fruta y algunas mujeres con las máquinas de coser en la calle.

1A las cinco de la tarde volvimos al hotel ya que a las 6 de la tarde partíamos nuevamente al aeropuerto Internacional de Kilimanjaro para volver a España. La facturación del equipaje nos causó un cierto nerviosismo por las medidas de seguridad que tomaron los funcionarios. Alrededor de las 9 partíamos dirección Dar As Salan, donde se hacía escala para volar nuevamente hacía Amsterdan. El vuelo durante la noche hizo que el viaje fuese menos pesado que a la ida pero el cansancio hacía mella. A Amsterdan llegamos alrededor de las 8 de la mañana y hasta pasadas las 10:30 no embarcaríamos para ir a Madrid, allí un autobús nos esperaría para regresar a Burgos.

Y colorín colorado esta crónica ha terminado. Un abrazo para todos.

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